Qué es el certificado de eficiencia energética de una vivienda
El certificado de eficiencia energética es un documento oficial de varias páginas que reúne información sobre el inmueble. Según sus características constructivas y equipamiento establece la calificación energética de la vivienda, desde la A (para las más eficientes y menos contaminantes) hasta la G (para las menos eficientes y más contaminantes).
- Lo emite un técnico certificador competente, después de una inspección presencial de la vivienda. El certificado debe registrarse en el organismo competente de cada comunidad autónoma.
- El técnico que firma el certificado debe incluir recomendaciones concretas para mejorar la eficiencia de la vivienda, por ejemplo renovación de una vieja caldera, sustitución de ventanas, mejora del aislamiento, instalación de un toldo, etc.
- Desde 2013 es obligatorio en las viviendas de nueva construcción y en aquellas que se alquilen o vendan. Quien no cumpla con este requisito o falsee los resultados de un certificado podría enfrentarse a multas.
- Es indispensable para solicitar ayudas para la mejora de la eficiencia energética y para conseguir deducciones fiscales en el IRPF.
- Tiene una validez máxima de 10 años. Si se trata de un inmueble con una calificación G la validez es de 5 años.
El certificado incluye también la etiqueta energética:
- Con el consumo de energía primaria no renovable necesario estimado para climatizarla y disponer de agua caliente y ventilación. Está expresado en kWh/m² año.
- Con la cantidad de emisiones contaminantes estimadas durante un año, en kg CO2/m² año.
Si quieres conocer cuánto tendrías que gastar al año en calefacción, aire acondicionado, producción de agua caliente para vivir confortablemente en una vivienda determinada, mira su certificado de eficiencia energética. Allí tienes información clave para hacer tus cálculos: te informa cuál es el consumo de energía estimado en condiciones habituales de funcionamiento y ocupación.
La importancia de la eficiencia energética de un inmueble
En una vivienda con una eficiencia energética alta se necesita mucha menos energía para vivir confortablemente. Esto se traduce en un gran ahorro en las facturas de gas, electricidad y/o en la compra de combustible. Además, se reducen las emisiones de CO2 contribuyendo al cuidado del medioambiente. Por el contrario, en una vivienda con una eficiencia energética baja, el coste de las facturas de dispara… ¡hasta 10 veces más!
Por eso es fundamental conocer la eficiencia energética de una vivienda a la hora de comprarla o alquilarla. Y también si quieres emprender una reforma en tu casa para gastar menos en energía y vivir con el mismo o, incluso, mayor confort. ¿Cómo saber cuál es la eficiencia energética de una vivienda? Con el certificado de eficiencia energética. A continuación te explicamos en qué consiste y cómo conseguirlo.
Mira el certificado energético y compara viviendas
Imagina dos pisos similares en un mismo edificio de la década del 80. Uno se ha conservado tal cual y tiene una calificación energética E. En el otro, los propietarios han colocado ventanas de PVC con doble cristal, han mejorado el aislamiento de las paredes y han sustituido la vieja caldera por una muy eficiente. Es decir, han invertido en mejorar la eficiencia energética de la vivienda. Y han conseguido una calificación energética B.
Si en el piso sin reformar el consumo anual es de 120 kWh/m2 (12.000 kW, ya que cuenta con una superficie de 100m2), en el reformado es de la mitad. Dicho de otra manera: si en la vivienda con baja eficiencia energética se pagan unos 1.200€ al año en energía, en la vivienda rehabilitada el gasto se reduce a unos 600€: el ahorro es del 50%. Así, los propietarios irán amortizando el costede la reforma con el ahorro permanente en las facturas de gas y electricidad.
¿Y si comparamos el consumo entre una vivienda clase A (la más eficiente) y una clase G (la menos eficiente)? La vivienda clase A consumirá hasta un 90% menos de energía que una clase G.
Ten en cuenta que la mayoría de las viviendas en España tienen una calificación energética desfavorable, entre las letras E y D. Pero existen ayudas y deducciones fiscales por mejorar la eficiencia energética de tu vivienda.